Vaca Muerta: las compañías piden "pisar el acelerador" con el gasoducto
Las compañías piden acelerar el Gasoducto Néstor Kirchner para aprovecha la nueva oportunidad que se le presenta a Vaca Muerta para conquistar la región.
El final de las restricciones por el COVID-19 implicó un repunte a nivel mundial de la producción de hidrocarburos. Los precios se dispararon y el balance entre oferta y demanda era muy apretado. El comienzo de la guerra entre Rusia y Ucrania potenció todo y el desajuste entre los precios fue aún mayor. El gas natural tocó precios que no estaban en los planes de nadie y llevó a que Europa reconfigure su futuro comprando GNL. Es decir, el mercado de gas natural se ha visto beneficiado.
En este contexto, Vaca Muerta se encuentra con una nueva oportunidad única para aprovechar su potencial. “El gas no convencional es fantástico y estábamos viendo cómo se nos pasaba el tren en materia de ser exportadores en gas natural, pero con todo lo ha pasado, nos vuelve a tocar la oportunidad de pensar en proyectos como exportación de GNL y de seguir integrándonos, regionalmente, para poder desarrollar el gas natural”, sostuvo Rodolfo Freyre, vicepresidente de Gas, Energía y Desarrollo de Negocios de Pan American Energy (PAE), en el evento Energía, organizado por Ambito Financiero.
“Es una nueva oportunidad, definitivamente. Me parece que tenemos que aprovechar esa ventana que se estaba cerrando y se volvió a abrir”, consideró.
Sin embargo, el primer obstáculo es la falta de infraestructura. Los ductos están saturados por lo que las compañías piden “pisar el acelerador” con el Gasoducto Néstor Kirchner. “Tenemos gas para rato y la idea es tratar de sacarlo. Ya nadie discute si hay gas, qué tan bueno es, qué tan productivo es o qué tan efectivo somos. Si no tenemos un gasoducto, no podemos seguir produciendo o perforando al ritmo que quisiéramos o que pudiéramos. Un pilar fundamental es la infraestructura como concepto general. Esperemos que el gasoducto esté listo para el año que viene”, aseguró.
Freyre subrayó que si se cumplen los tiempos para que esté listo el gasoducto, el país comenzará a solucionar parte de sus problemas económicos en materia energéticos. Es que el ducto permitirá reemplazar 11 millones de metros cúbicos, que significa el 10% de lo que se consume en promedio en Argentina, y tendrá un impacto en la compra de GNL para los meses más fríos del año.
Sin embargo, el vicepresidente de Gas, Energía y Desarrollo de Negocios de PAE aseguró que esta obra es la primera de una serie de etapas que debe mantener un programa integral de expansión de gasoductos.
“Debemos trabajar para sustituir las importaciones de GNL, sustituir el consumo de combustibles líquidos y reemplazar el gas de Bolivia. Tenemos que encontrar una solución a eso. Las futuras ampliaciones van contra ese problema que me parece que es un objetivo claro y prioritario porque el consumo de gas de Bolivia es un consumo plano y no es lo mismo para un productor de gas perforar para vender durante buena parte 365 que para vender para el invierno. Para el invierno usas un precio y para todo el año podés ser más competitivo. Hoy el pilar de infraestructura está arriba de todo”, consideró.
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