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Una mirada al downstream, el futuro de las estaciones de servicio

Ya es posible prever puntos de carga multienergéticos y conectados digitalmente con vehículos y conductores. La transformación será integral hacia nuevos servicios y experiencias.

La transición que avanza con la disrupción de las nuevas energías y su aplicación en el transporte indica que también es hora de rediseñar las estaciones de servicio del futuro, puntos de abastecimiento que en los próximos años deberán responder a las necesidades de vehículos eléctricos, híbridos, conectados, autónomos y compartidos. Pero también las utilidades de las nuevas tecnologías aplicadas a hábitos de consumo en un proceso de digitalización multiservicio modificarán la relación con el cliente y su automóvil, lo que induce a empezar a adaptar el modelo de negocio a una nueva realidad.

Es que la demanda global por contener los efectos del cambio climático aceleraron la innovación y el desarrollo de energías sustentables y amigables con el ambiente, y en paralelo la transformación tecnológica del transporte. Ese nuevo paradigma contempla un tercer actor de intermediación entre las nuevas energías y los nuevos vehículos. Así las estaciones de servicio deberán ser concebidas como hubs de multienergía, multimodalidad y multiservicios.

Así se está pensando y diseñando desde YPF, la empresa que con 1.600 estaciones de servicio controla el 55% del segmento de combustibles líquidos. El Vicepresidente de Downstream, Mauricio Martín, destaca que es necesario “planificar de mejor manera la infraestructura en el proceso de transición a combustibles con baja emisión de carbono” teniendo en cuenta los cambios que ya se están concretando Estados Unidos, Europa y Asia.

Las nuevas estaciones de servicio en no muchos años deberán ofrecer para los distintos modelos de motorizaciones, múltiples productos de energía tales como combustibles líquidos, electricidad, gas natural comprimido, otras formas en desarrollo como el hidrógeno, y las que seguramente vendrán. Esto obligará a una reconversión de las actuales infraestructuras, incluso para abastecer a flotas de pesados que están virando hacia combustibles más sustentables.

El rol de las renovables vuelve a escena cuando se plantean estaciones de servicio con autonomía de abastecimiento de la energía necesaria para su propio funcionamiento, por ejemplo con paneles de energía fotovoltaica en sus instalaciones, tal como también señala Martín.

Pero la experiencia va más allá de cargar combustible y permite pensar a las estaciones en hubs sociales y logísticos en donde se buscan crear nuevas y mejores experiencias 100% digitales con la personalización de propuestas para una amplia gama de clientes.

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Estanislao Irigoyen, socio de Inteligentia, compañía de servicios de big data y analytics para la industria energética destacó que la transformación digital y el paradigma 4.0 permitirán cambiar radicalmente el concepto de estación de servicio. Sólo basta con pensar que una carga eléctrica o de hidrógeno podrá demandar más tiempo que los combustibles tradicionales, lo que genera tiempo ocioso de sus clientes que podrán ser aprovechados por un menú de opciones de trabajo, esparcimiento o consumo. Así esos puntos de recarga podrán parecerse cada vez más a pequeños centros de compras, salas de exposiciones de variedad de productos, espacios de trabajo o de entretenimiento, hasta centros logísticos para la entrega o retiro de e-commerce, todo de una manera personalizada ya que cada persona lleva el el smartphone su identidad digital a cuestas.

Pero Irigoyen plantea que las estaciones serán hubs multiservicios también basados en la conectividad y una app que permitirá hacer un seguimiento y control de cada vehículo particular o flota corporativa para recomendar tareas de mantenimiento de acuerdo a los kilómetros recorridos o la necesidad de servicios o recambios de piezas para prevenir inconvenientes en una especie de VTV permanente en esos tiempos muertos de recarga. Esa generación permanente de datos permitirá integrar toda la cadena mediante inteligencia artificial: desde pronosticar la demanda para sus distintos productos energéticos, a la planificación de la producción y su transporte, y en consecuencia en qué y cuánto producir, todo just in time.

Y por si hacía falta algo, la IA ya se aplica en la lectura del flujo de tránsito en ciudades o rutas para determinar el lugar más efectivo para instalar los puntos de abastecimiento.

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Imagen de archivo de un punto de carga para un auto eléctrico Mercedes Benz EQC 400 4Matic en el Salón Internacional del Vehículo en Toronto, Ontario, Canadá. 13 febrero 2019. REUTERS/Mark Blinch

Imagen de archivo de un punto de carga para un auto eléctrico Mercedes Benz EQC 400 4Matic en el Salón Internacional del Vehículo en Toronto, Ontario, Canadá. 13 febrero 2019. REUTERS/Mark Blinch

Un capítulo aparte requerirá la atención a una transformación tecnológica reflejada en el vehículo autónomo y en una transformación cultural con la expansión del carsharing, un fenómeno que refleja el desapego de las nuevas generaciones a disponer un vehículo en propiedad y optar por un transporte compartido. Quizás ahí empiecen a radicar las no tan buenas noticias. El cambio que se viene dando en los últimos años en la población mundial de intercambiar el transporte privado con alternativas públicas, alentados con incentivos de los Estados, están llevando a una reducción de los puntos de ventas y puede esconder el germen de su declino y quizás su extinción.

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