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Estacioneros irán a la Justicia para frenar las tasas municipales

Se busca un fallo de Justicia Federal que le ponga fin a está política que se expandió por todo el país.

Las cámaras de estacioneros de servicio acudirán a la Justicia para anular el cobro de tasas que muchos municipios aplican sobre los combustibles. Desde hace varios años que diferentes intendencias del país empezaron a cobrar tasas viales sobre el precio de surtidor y, en un momento de crisis como el actual, la situación amenaza con expandirse.

El fenómeno comenzó en el conurbano bonaerense, pero ahora llega a puntos de toda la Argentina como Neuquén, Salta, Pinamar, Junín, Rosario o Entre Ríos. Se trata de una tasa inconstitucional porque el propio Impuesto a los Combustibles Líquidos (ICL) y el IDC ya se coparticipa con provincias y municipios.

“Primero, es una doble imposición. Y, por otro lado, toda tasa por definición requiere una contraprestación que en este caso no se da”, explica un experto allegado al sector de estacioneros.

El incremento de precio es significativo y alcanza hasta un 4,5% del valor total de surtidor como en el caso de Merlo. Otros distritos, en cambio, cobran un precio fijo y no un porcentaje. Pinamar cobra 3 pesos por litro, Junín cobra 5 y José C. Paz 9.

Además de perjudicar al consumidor, este gravamen genera una distorsión en el mercado, donde se ven afectadas las estaciones de servicio cercanas a otro distrito con menos impuesto.

“La gente termina yendo a cargar en el municipio más barato, sobre todo si hay pocas cuadras de diferencia. Eso termina matando a las estaciones del lugar que no pueden hacer nada para competir”, asegura un empresario del rubro.

Los estacioneros están siendo asesorados jurídicamente por el doctor Daniel Sabsay y consideran que el actual contexto político los podría favorecer para lograr un fallo de raíz de la Justicia Federal.

El mal momento de las estaciones

A parte del perjuicio económico del cobro de tasas viales, los estacioneros destacan que sufren un triple impacto por la caída de ventas general, la migración de combustibles premium donde obtienen mayor rentabilidad y la recomposición del mercado mayorista que les quita ventas al mostrarse más económico al contrario del año pasado.

Con un esquema de paritarias atado a la inflación y el golpe que significa la recomposición tarifaria, los costos acumulan una suba importante que reduce al mínimo su margen de rentabilidad. “Una estación está pagando un promedio de 5 millones de pesos de luz por mes”, dicen.

Como si fuera poco, los estacioneros de Rosario atraviesan una crisis de inseguridad inédita donde el narcotráfico ya mató a un playero y les está pidiendo que paguen 200.000 pesos por semana a cada estación para no sufrir nuevos asesinatos.

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