Apud: "El mercado local no es suficiente para Vaca Muerta"
El exsecretario de Energía abordó varios temas relacionados al potencial de Vaca Muerta, la segmentación tarifaría y el rol del Estado.
No es el momento oportuno para tratar la nueva Ley de Hidrocarburos, pero debe hacerse; el gasoducto de Vaca Muerta no estará terminado para este invierno; el mercado local es insignificante en función de los recursos; Argentina espanta a inversores y las hidroeléctricas no deben estar en manos del Estado. Estas son sólo algunas de las definiciones de Emilio Apud, ex secretario de Energía de la Nación.
“Tenemos los mejores vientos, la mejor radiación, tenemos Vaca Muerta -que es el segundo yacimiento de gas del mundo y el cuarto en petróleo-, y tenemos subsidios por 15.000 millones de dólares e importamos alrededor de 10.000 millones de dólares”, dijo en diálogo con Realidad Económica (LU5).
¿Tuvo oportunidad de ver el texto de la nueva ley de hidrocarburos que se comienza a tratar en el Congreso, en las sesiones extraordinarias?
No en profundidad, pero me parece bien que se empiece a tratar. No sé si es el momento oportuno. Tal vez habría que esperar a fin de año cuando se definan quiénes van a estar a cargo del Ejecutivo.
Es una cosa que viene postergada desde hace tiempo, así que me parece bien que se empiece a tratar. Eso era necesario porque han ocurrido cosas que no estaban previstas originalmente. Sobre todo, los shale oil y shale gas, que necesitan de un tratamiento distinto en algunos casos a los que se usan tradicionalmente con los convencionales.
Hablemos del gasoducto, ¿cómo ve la evolución del tema?
Con el millón de BTU del gas natural licuado que se importaba a 40 dólares, evidentemente se justifica cualquier tipo de inversión porque son precios altísimos.
Pero ya ahora está alrededor de 20 porque hay algún sobrante debido al invierno benigno que hubo en Europa que permitió disponer de más cargamentos de gas natural licuado.
Y creo que las últimas contrataciones que hizo ENARSA están alrededor de 20, 22 dólares, que es casi la mitad de lo que se preveía.
El gasoducto yo no creo que entre para este invierno, probablemente a fines de agosto puede estar, pero solamente el primer tramo y sin la presión por falta de las compresoras.
Si se van a poder transportar sobre el final del invierno, si es que entra, del orden de los 11 millones de metros cúbicos diarios, por eso creo que va a ser necesario importar, contratar más barcos de gas natural licuado. Sobre todo, porque del norte no va a venir nada porque Bolivia está muy bajo y a lo sumo lo poco que pueda mandar va a servir para abastecer a las centrales eléctricas y algo de la industria en el NOA.
Así que el panorama es, por un lado, el país se ahorra unos dólares porque bajó el precio del gas natural, pero no los 2.000 millones que dice (Sergio) Massa, sino probablemente el ahorro sea alrededor de 800 porque va a haber que importar cantidades que no estaban previstas porque suponían que a mediados de junio ya estaba el gasoducto funcionando. Así que es una cosa necesaria el gasoducto, es necesario el segundo tramo, pero tenemos que tratar de evitar estos apurones que hacen que las obras salgan carísimas, porque no se tienen precisiones sobre la ingeniería de detalles, los contratistas hay que salir a buscarlos corriendo, evidentemente ante la urgencia los precios son distintos.
Ante la urgencia y la historia, más en un escenario de inflación como el que tenemos, ¿no?
Cada día que pasa son millones de dólares que hay que importar. Entonces, los contratistas tratan de optimizar sus ingresos aprovechándose de esa situación. No veo por qué se tardó dos años en sacar esta licitación y la contratación cuando ya en realidad hace dos años se podría haber empezado con la obra y nos hubiéramos ahorrado en el 2022 y, en el 2023, mil de millones de dólares.
Pero acá cuando se mete un poco la impericia por el lado de ENARSA y la ideología por parte del gobierno, lo tiene que hacer el Estado, la soberanía y no sé cuántas macanas más, lo terminamos pagando todos. Acá esto es una cosa objetiva, es una cosa de ingeniería, economía, y hay que mirarlo con esos parámetros.
¿El gasoducto tiene como objetivo final la exportación?
Este no, este va a ser para local. Este va a ser nada más que para abastecer en los picos de invierno y puede ser que se pueda exportar algo fuera de los cuatro meses de invierno, pero para eso habría que poner una planta de licuefacción.
Es realizable, ¿o no?
Una planta de licuefacción de un módulo, de cuatro toneladas aproximadamente, vale más cara que el gasoducto. Pero, por otro lado, si uno saca la cuenta va a decir que el gasoducto yo lo proyecté para que esté lleno siempre, para que esté lleno cuatro meses al año.
Por eso es urgente el segundo tramo, porque el segundo tramo permite derivar parte al mercado local y también a liberar gas para Chile y algo para Brasil.
Más adelante habría que hacer la reversión del gasoducto de TGN, que tendría que empezar con el flujo hacia el norte y llegar a un acuerdo con Bolivia para que haga un peaje del gasoducto que va a Brasil.
Y con esa infraestructura se podría llegar. Pero si queremos en realidad aprovechar el Vaca Muerta y que no quede el gas bajo tierra dentro de 30 años cuando nadie quiera gas ni nadie quiera petróleo, vamos a tener que pensar en gasoductos directos sin ninguna derivación que vayan directamente al puerto donde estén las plantas de gas natural licuado y de ahí se embarque el gas hacia destinos transatlánticos, como Europa, que va a ser bien necesitando, China, India, por más que Rusia ahora les esté dando lo que antes les daba a Europa.
Tenemos que dejar de pensar en pequeño. El mercado local es insignificante en función de la potencialidad solamente de Vaca Muerta. No estoy hablando del resto de los shale, de las otras cuencas, sólo de Vaca Muerta.
El mercado interno es insuficiente pero aún hay amplios sectores sin acceso al gas natural…
Sí, pero son problemas completamente distintos. Lo que yo estoy hablando es un proyecto de futuro para las próximas décadas que pueden hacer una balanza comercial de hidrocarburos espectacular, comparable con la del campo, y lo otro, es una cosa doméstica que es infinitesimal en cuanto a recursos y se puede hacer, es una cuestión de decisión política.
No es una cuestión de traer inversores internacionales que hoy Argentina les espanta por la inseguridad jurídica y por el incumplimiento de contratos, etcétera. Yo creo que lo que hay que hacer es primero sanear la tarifa. El Estado no puede seguir subsidiando porque no tiene plata. Lo único que hace es fabricarla, o sea, emite, y la emisión se va a inflación y entonces empieza con el problema de la macro y hay que importar.
Entonces acá lo primero que hay que hacer y que lamentablemente no lo va a hacer este gobierno, pero lo tiene que hacer el próximo, es llegar a tarifas de equilibrio y definiendo bien cuál es la tarifa social para aquellos segmentos de la población que no están en condiciones de pagar lo que cuesta el gas o lo que cuesta la electricidad.
Pero sin eso, ¿quién va a invertir? Uno dice “yo pago los impuestos y necesito el gas”. Perfecto, la pregunta es: ¿Quién pone la plata? ¿La provincia? No sé. ¿La Nación? No sé, son cosas que hay que hacer.
Entiendo, pero convengamos que resulta paradójico que teniendo el gas y que estamos planificando un gasoducto haya digamos localidades que no tienen acceso al servicio.
Claro, es toda una paradoja. Tenemos los mejores vientos, la mejor radiación, tenemos Vaca Muerta -que es el segundo yacimiento de gas del mundo y el cuarto en petróleo-, y tenemos subsidios por 15.000 millones de dólares e importamos alrededor de 10.000 millones de dólares. ¿No le parece paradójico eso?
Todo es una paradoja, pero es esencial que lo vean los políticos y que la gente lo entienda, porque si no se sigue macaneando. Sí, la soberanía energética. Le vamos a dar a los usuarios lo que merecen por una cuestión de derechos humanos y a las empresas que se la llevaron en palas los vamos a sancionar. Son todas mentiras, acá el único problema es que el Estado rompió unilateralmente los contratos al congelar tarifas desde el año 2003. Así es fácil.
¿Qué se debe hacer en relación a las hidroeléctricas y la renovación de las concesiones?
Vence ahora en septiembre las principales ahí de Comahue. Hay que hacer un estudio exhaustivo de la situación que está, de las inversiones que hay que hacer. Son todas centrales que tienen más de 30 años.
El tema es que la provincia quiere, junto con Río Negro, también quiere quedarse con el dominio de las centrales. Por contrato, las centrales tienen que volver al Estado Nacional, entonces meten ahí el tema de la reforma de la Constitución del 94. Las empresas cobran regalías, o sea que están, se consideran parte del dominio.
Yo lo que pienso es que hay que ver primero las inversiones que hay que hacer y después dos posibilidades, o se llama a licitación otra vez para ver qué empresas cotizan un kilovatio ahora más reducido y haciéndose cargo de las inversiones, operaciones y mantenimiento.
O se le renueva a las actuales concesionarias si es que les interesa, porque hoy por hoy no están interesadas en seguir porque la ecuación económica no cierra.
Ese es un tema que es fundamental definir cuál es la remuneración al concesionario que hace que torna en equilibrada la ecuación económica. Pero de ninguna manera yo creo que tiene que estar en manos del Estado, ni Provincial, ni Nacional.
¿Son malos administrando?
Absolutamente. El riesgo que se corre es que se subsidie el kilovatio ahora o que lo cobre el más caro, porque evidentemente la experiencia indica que tanto los Estados Provinciales como el Nacional, por falta de eficiencia, por una cuestión política, siempre tienen una planta mayor de personal, contratan por mayores precios.
Hasta ahora yo no creo que hayan hecho un mal servicio las concesionarias.
Bueno, ahora yo creo que es necesario meter un poco de ingeniería y ver qué inversiones son necesarias para extender la vida útil sin ningún tipo de riesgo por 20 años más.
Y después a través del kilovatio ahora que van a producir se le va a resarcir a las empresas. Pero hay que hacer una licitación o renovar.
Pero ahora es que querer, y sobre todo están hablando a dos meses de que asuma el próximo gobierno, hay muchos que quieren quedarse con las centrales.
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