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Argentina: tres meses con la producción de crudo estancada

Los datos oficiales muestran leves variaciones para el período septiembre-noviembre. La recuperación de la producción está pendiente del COVID-19 y la economía.

En noviembre, la producción total de Argentina llegó a los 483.536 barriles de crudo diarios en promedio (bpd). Los datos muestran una muy leve suba respecto de octubre, un periodo en que el total nacional había arrojado un registro de 483.377 bpd, según los datos publicados por la Secretaría de Energía de la Nación.

Los datos marcan una tendencia durante el último trimestre: en septiembre se produjeron en el país 478.963 bpd, unos cuatro mil barriles menos que en los dos meses siguientes.

El escenario parece ser todo el incremento posible en medio de la salida de las restricciones que impuso el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO), a medida que la curva de casos de contagios de COVID-19 comenzó a bajar respecto de su peor momento.

Una tendencia similar se dio con la producción de Vaca Muerta. Durante los dos últimos meses el total de la producción provincial se mantuvo entre 155.000 y 158.000 bpd en promedio.

Fue en un contexto muy por encima de uno de los peores momentos del año: en mayo fueron 130.985 bpd los que produjeron las empresas en los yacimientos neuquinos, una cifra que significó una caída del 23% en comparación con marzo, el mes donde comenzó la baja de actividad en las áreas productoras y los diagramas laborales con guardias mínimas (la principal área productora de Vaca Muerta, Loma Campana, quedó produciendo cerca de un 50% de su total hasta entonces).

En marzo, último mes considerado de producción normal durante la pandemia, Argentina había producido 528.000 bpd, algo así como su producción habitual durante el año previo.

¿Por qué hay una meseta del crudo?

Desde los peores tramos de la pandemia, la producción quedó atada a todo lo que pudiera crecer el mercado de los combustibles. En abril, por caso, ese segmento llegó a precipitarse hasta un 80%. Dicho de otro modo, la fuerte cuarentena para evitar contagios daba margen para un consumo cercano al 20% de combustibles respecto de los niveles previos.

Los vehículos de millones de argentinos estuvieron sin chances de circulación durante meses y los vuelos, otro vector del consumo, también estuvieron paralizados.

La mejora en las condiciones impuestas por el virus y la flexibilización de la cuarentena abrió paso a un nuevo escenario, que es el que muestran las estadísticas de producción para el período septiembre-noviembre.

Queda por ver cómo actuará durante el último mes del año el posible incentivo al consumo que implicará el inicio de las vacaciones y las chances de más desplazamientos a centros turísticos.

¿Cuáles son las claves de la producción?

Sin dudas que la posible aplicación de manera amplia de vacunas en el país podría actuar de estímulo en dos sentidos: por un lado, generando un escenario de una salida definitiva del freno a la circulación, y por otro, como un factor de apuntalamiento de la economía, lo que implicaría mayores necesidades de producción de crudo.

Al mismo tiempo, queda por ver si es viable un acuerdo entre el gobierno nacional y las principales productoras, que podría afianzar una senda exportadora de más crudo.

El gobierno nacional promueve una ley de estímulo para el sector petrolero y gasífero que tiene como una de sus principales alternativas esta opción, con la cual busca estimular inversiones y el ingreso de dólares para alivianar el frente macroeconómico.

De acuerdo a algunas de las principales productoras de crudo, hay un sendero de crecimiento de la producción que implica que sobre finales del 2021 la demanda de combustibles estaría en 90% de sus indicadores habituales previos a la pandemia.

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