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Plan Gas: la oferta de salir de un subsidio y entrar en otro

Las empresas incluidas dentro de la resolución 46 que culmina en enero del 2022 evalúan si les conviene ingresar en el nuevo esquema.

Las empresas que se sumaron al último esquema de subsidios para la producción de gas evalúan por estas horas los pasos a seguir luego del anuncio del gobierno nacional sobre el nuevo incentivo. Se trata del Plan Gas 4, con el que la administración nacional busca garantizar la producción de 70 millones de metros cúbicos diarios a partir del 2021, a través de un precio diferencial, pagado con un aporte adicional del Estado sobre el valor de mercado.

Tal como lo informó +e, el decreto donde constan los detalles del nuevo precio estímulo está en manos de las petroleras. El ministerio de Economía a cargo de Martín Guzmán le da los últimos trazos al programa, anunciado la semana pasada por el presidente Alberto Fernández en Loma Campana (sobre la formación Vaca Muerta).

El borrador del decreto ofrece una ruta de salida para quienes perciben un subsidio previo: el de la resolución 46, anunciada a principios del 2017 por el entonces ministro de Energía Juan José Aranguren. Estableció un sendero de precios subsidiado, con un aporte millonario a las productoras, que reconoce el pago de un plus hasta el 2021: en el primer año de vigencia garantizaba 7,50 dólares por cada millón de BTU (MBTU) para terminar en el 2021 con un valor de 6 dólares.

Ese plan impulsó buena parte de la actividad en Vaca Muerta hasta inicios del 2019. Y fue suficiente para generar proyectos emblemáticos como el del área Fortín de Piedra, a manos de Tecpetrol, el brazo petrolero del Grupo Techint.

Pero terminó siendo impagable para el Estado: desde el año pasado, por caso, la empresa se encuentra en un litigio judicial con el Estado por las modificaciones en la aplicación del programa que le atribuye a la gestión de Mauricio Macri, que para el pago de ese aporte reconoció los volúmenes de gas que la empresa se había comprometido a entregar y no los que finalmente terminó produciendo, por encima de esa meta inicial. La empresa negocia un desistimiento parcial de ese reclamo, si bien no fue confirmado oficialmente.

Bajo la gestión Fernández, las empresas de aquel programa pueden acceder al nuevo esquema de precios. Figura en un anexo del borrador del decreto en elaboración. Nación busca que la mayor cantidad de empresas que quieran comprometer volúmenes bajo el nuevo incentivo abandonen el anterior.

En primer lugar, a las productoras que quieran ingresar al nuevo plan, que tendrá un tope de precio de u$s 3,70 por millón de BTU, se les exigirá una renuncia a posibles juicios y reclamos. Será un requisito si quieren ofertar bajo el nuevo programa.

En esa instancia, una vez que desistan de ese aporte, se abren una serie de opciones de cómo participar. Para esto también deberán dejar sentado oficialmente que están dispuestas a dejar de percibir los beneficios de la resolución 46 y se suman al Plan Gas 4

La segunda opción incluida en la normativa en ciernes es que no renuncien al subsidio de la resolución 46. Ahí se abre paso a una fórmula que ponderará dos precios en función del gas ofertado bajo uno y otro esquema de precios. Ese promedio será sustancial para establecer el orden de prelación en las colocaciones a las que puedan acceder.

Para este año, el marco normativo del gobierno anterior prevé 6,50 dólares por MBTU, por lo que si una empresa quiere ser competitiva en las subastas del nuevo plan, sin dejar el anterior beneficio, debería ofertar un precio muy por debajo de sus competidoras no incluidas en la resolución 46: el nuevo esquema establecerá un orden de prioridades de acceso al mercado que tendrá como principal indicador al menor valor de subasta. Será todo un desafío para quienes perciben el anterior subsidio alcanzar en la ponderación un buen precio.

Tienen además la alternativa de no competir hasta enero del 2022, fecha de finalización del plan de la 46, y así no sumarse al plan que ofrece el gobierno nacional.

Pero ahí correrán con otra desventaja: no tendrán preferencias para exportar en firme, irán al final de la lista de espera, y solo podrán colocar su gas si las competidoras que tiene por encima producto del mejor precio de subasta no pueden garantizar la producción por un determinado motivo.

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