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¿Sin energía? La situación de los argentinos en Europa

Los argentinos que viven en Europa brindan su mirada sobre los aumentos de tarifas de energía. La incertidumbre aumenta con la llegada del invierno.

La guerra entre Rusia y Ucrania continúa generando complicaciones en todo el mundo. Las consecuencias comienzan a repercutir con más intensidad en Europa. Es que el Kremlin decidió utilizar la energía como un arma de guerra y el viejo continente se prepara para lidiar su propia batalla: conseguir energía para pasar el invierno.

Las principales potencias advirtieron que “serán los meses más duros en años” y que la población deberá ahorrar en gas y electricidad. Las palabras “tarifazo” y “desabastecimiento” comienzan a ser parte de la cotidianidad de los ciudadanos europeos.

+e dialogó con diferentes argentinos que viven en el viejo continente para trazar un panorama en vísperas de un “crudo invierno”. “Los funcionarios nos dicen que vamos a poder apretar el interruptor y que vamos a tener electricidad”, sostuvo Carla Maldonado, chubutense que vive en Barcelona desde hace cinco años. Ella viajó en busca de estabilidad, pero en los últimos meses entró en un viejo ciclo. “Llegué como muchos argentinos, con ganas de tener previsibilidad, y ahora lo único que hacemos es ver cómo hacemos para no gastar energía”, aseveró.

Carla es fotógrafa y lo que gana le permite ahorrar un dinero. Ella comparte un departamento con un estudiante uruguayo y un arquitecto catalán. Los une la pasión por el fútbol y el temor de la boleta de electricidad. “Estamos a la expectativa de cuánto llegará la boleta. Los servicios son caros y más si no tenés un sueldo fijo. Anunciaron subsidios y préstamos para que las tarifas no sean un calvario”, consideró.

“Vas al supermercado y faltan cosas. La gente se stockea. Algunos entran en pánico. Vendieron su televisión para no gastar energía. Otros compran muchas cosas por temor. No aumentan las cosas, pero muchos temen que el costo de la energía suba los precios. Es como una forma de ahorro”, describió.

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FOTO DE ARCHIVO: La terminal de gas natural licuado (GNL) de Enagás en la Zona Franca de Barcelona, España, 29 de marzo de 2022. REUTERS/Albert Gea
FOTO DE ARCHIVO: La terminal de gas natural licuado (GNL) de Enagás en la Zona Franca de Barcelona, España, 29 de marzo de 2022. REUTERS/Albert Gea

El Gobierno de España comenzó con una campaña de concientización para que los usuarios no derrochen energía. La iniciativa, según Carla, tiene resultados dispares. “La gente todavía no toma dimensión de lo que puede llegar a pasar. Hace poco se anunció que le iban a cortar la energía a los grandes consumidores. Ahí, recién la gente comenzó a darse cuenta que la cosa viene en serio”, afirmó.

Carlos Sepúlveda vive en Valencia y plantea un escenario similar al de Carla. El santacruceño llegó hace tres años a España y teme por la llegada del invierno. “Se habla mucho de los cortes de energía programados. Yo trabajo en una empresa automotriz y se rumorea que podríamos tener cambios de turnos para aprovechar los horarios de baja demanda de energía. Es mucha incertidumbre”, destacó.

El operario aseguró que en su región comenzaron a observarse góndolas vacías. “No es común ver supermercados con góndolas vacías. Eso sucede cuando hay una temporada de descuentos. Muchos tratan de stockearse con alimentos no perecederos. Temen que los supermercados no abran o que las cosas aumenten de manera inalcanzable”, subrayó.

En Luxemburgo empiezan a venderse lámparas de alcohol y reclaman que se incrementen las entregas de leña. Y en Francia empiezan a comprar velas y mantas de polar para pasar el invierno.

Jorge Morón vive hace casi diez años en el país galo. Su trabajo como periodista freelance le permite tener un panorama más claro de la situación en el viejo continente. “La verdad que el tema de la energía impactó bastante, sobre todo durante este año. Se está viendo en el bolsillo e la gente. Se habla del precio del baguette, que es un clásico en Francia, que actualmente vale 90 centavos de euro, podría llevar a costar 1,60 euros. Hay faltantes de alimentos que se está viendo desde hace varios meses. La mostaza es el mejor ejemplo”, advirtió.

Para Jorge, Francia ha aplicado algunas medidas para concientizar, pero que solamente son simbólicas y no apuntan al problema directamente. “Nos piden que no levantemos la calefacción a más de 19 grados y nada más”, cuestionó.

En Europa hablan de un invierno largo y la pregunta de cómo calefaccionarse es una constante. “Hay gente que está comprando velas para bajar el consumo en los aparatos electrónicos y comprar mantas de polar para pasar los meses más fríos. Hay que estar preparado porque nos toca un invierno duro”, consideró.

“Tuvimos un verano muy difícil y el invierno estará a la misma altura. Habrá que ver qué acciones tomará la gente. Muchas personas que están haciéndose con las mantas y a pensar en aquellos gestos y técnicas para ajorra energía porque las facturas vendrán saladas”, aseguró.

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