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Tensión UE-China: los autos eléctricos, en el ojo de la tormenta

La Unión Europea refuerza su estrategia comercial frente a China, imponiendo aranceles de hasta el 45% a vehículos eléctricos para proteger su industria.

La Unión Europea camina por una delicada cuerda floja en lo que se refiere a la relación con China. En el marco de la Cumbre Europea, los líderes del bloque describieron al gigante asiático como socio, competidor y rival sistémico. Esta ambigüedad se reflejó en la decisión de imponer fuertes aranceles de hasta el 45% a los vehículos eléctricos.

Los europeos advirtieron que, si no se tomaban medidas contundentes, los fabricantes de automóviles de la UE sufrirían pérdidas insostenibles, posiblemente irrecuperables, y se verían expulsados del lucrativo mercado de la electromovilidad, con dolorosas consecuencias para 2,5 millones de empleos directos y 10,3 millones de indirectos en todo el bloque.

"Celebramos la competencia, incluso en el sector de los vehículos eléctricos, pero debe estar sustentada en la justicia y la igualdad de condiciones", declaró el vicepresidente de la Comisión Europea y responsable de Comercio, Valdis Dombrovskis.

Marca por marca

La medida -publicada esta semana en el Boletín Oficial de la UE- pretende compensar los efectos perjudiciales de las subvenciones y reducir la diferencia de precios entre las empresas chinas y las de la UE.

De esta forma, la Comunidad Europea comenzará a aplicar un arancel de 35,3% al fabricante chino SAIC (MG, Roewe y Maxus, entre otras marcas), de 18,8% a Geely y de 17% a BYD, durante un máximo de cinco años.

La medida también afectará a las empresas occidentales que producen en China, como por ejemplo la estadounidense Tesla, a quien se le aplicará un arancel de 7,8%, mientras que a otras que han decidido cooperar con la Comisión en la investigación que se llevó a cabo antes de aprobar los aranceles se les impone una tasa de 20,7%.

Los aranceles entrarán en vigor desde este mes de noviembre y serán recaudados por los funcionarios de aduanas. Se sumarán al 10% ya existente. Esto significa que, en la práctica, algunos fabricantes de automóviles chinos se enfrentarán a aranceles superiores al 45% cuando intenten introducir sus productos en el mercado europeo.

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Vehículos eléctricos BYD en un concesionario BYD en Brasilia, Brasil, 24 de octubre de 2023. REUTERS/Adriano Machado/Foto de archivo
Vehículos eléctricos BYD en un concesionario BYD en Brasilia, Brasil, 24 de octubre de 2023. REUTERS/Adriano Machado/Foto de archivo

Los grises

Si bien se impusieron los aranceles, todo parece indicar que la relación comercial seguirá siendo ambigua y poco sistemática. Encima, sobra decir que las posiciones en el bloque no son homogéneas. De hecho, en la votación por los aranceles cinco países se opusieron (entre ellos, Alemania), diez los apoyaron y doce se abstuvieron.

Desde que la Comisión inició su investigación sobre el sector de los vehículos eléctricos en China, Alemania se movió como un actor solitario, deseoso de defender su acceso al mercado chino para que sus industrias, entre ellas la automovilística, lo abastezcan.

"Por supuesto, tenemos que proteger nuestra economía de las prácticas comerciales desleales", declaró esta semana el Canciller Olaf Scholz. "Sin embargo, nuestra reacción como UE no debe llevarnos a perjudicarnos a nosotros mismos. Por eso deben continuar las negociaciones con China sobre los vehículos eléctricos".

Distinta es la posición de Hungría, que votó en contra de los aranceles y se ha convertido en un destino preferente para China, desde la decisión del gigante fabricante de vehículos eléctricos BYD de abrir allí una fábrica en diciembre del año pasado.

En España, su presidente, Pedro Sánchez, visitó China a principios de septiembre, y se abstuvo a la hora de la votación. En abril, la china Chery firmó un acuerdo con EV Motors para producir coches en España. La empresa china de automóviles eléctricos No ha mostrado cierto interés por la deficitaria fábrica de Audi en Bruselas (Bélgica), otro país que se abstuvo.

Otros Estados miembros, como Francia e Italia, han apoyado más decididamente los aranceles. Ambos tienen potentes sectores automovilísticos, que venden menos en China, y están dispuestos a defender sus mercados nacionales.

"Para Francia e Italia, su industria automovilística es lo primero. Por parte de Francia, es coherente con su política económica de los últimos años, que pretende poner más énfasis en las industrias que en la agricultura y el sector del lujo", añadió Víctor Crochet, abogado de Van Bael & Bellis, en declaraciones a Euronews.

Ojo por ojo

Previsiblemente, China respondió demandado al bloque ante el mecanismo de disputas de la Organización Mundial del Comercio (OMC). De este modo, los autos eléctricos quedaron en el centro de una tensión que claramente excede a la energía e incluso a la economía.

Desde el principio, China ha denunciado la investigación de la comisión como un "acto proteccionista desnudo", ha negado sistemáticamente la existencia de subvenciones, ha calificado las conclusiones de "artificialmente construidas y exageradas" y ha amenazado con medidas de represalia contra las industrias láctea, del brandy y porcina de la UE, haciendo saltar las alarmas en algunas capitales.

El Ministerio chino de Comercio informó que la querella ante la OMC busca “salvaguardar los intereses del desarrollo de la industria de los vehículos eléctricos y la cooperación global en materia de ‘transformación verde’”.

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