Cómo fue el balance del primer año de Milei en energía
Vaca Muerta cerró un gran 2024, pero hay otros sectores que no muestran el mismo dinamismo.
El primer año de Javier Milei muestra luces y sombras en el plano energético, aunque claramente el sector emerge como uno de los grandes ganadores con este modelo económico y tiene una enorme perspectiva a futuro.
Si bien el boom de Vaca Muerta no es nuevo, en 2024 se consolidó con un crecimiento acumulado del 9,5% en petróleo y 5,2% en gas natural entre todas las cuencas del país. La gran novedad fue el cambio de expectativas a nivel macroeconómico que logra impulsar inversiones grandes en infraestructura como el proyecto Vaca Muerta Sur que está a las puertas de comenzar.
“Se dictaron muchas normas, decretos, la emergencia energética, la ley de bases con varios capítulos energéticos y el propio RIGI. Todo ese gran andamiaje implica un giro copernicano en la trayectoria hidrocarburífera, con paso a la libre iniciativa privada, que todavía no se plasma en la práctica. Aunque hay un norte bien definido que la industria celebra”, sostiene Juan José Carbajales, director de Paspartú.
El impacto del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner
En materia de obras hidrocarburíferas, también se destaca la continuidad de la ampliación del ex Gasoducto Néstor Kirchner (hoy denominado Perito Moreno) con sus plantas de compresión y la inauguración de la primera etapa de la reversión del Gasoducto Norte.
Todo eso ayudó a revertir completamente la balanza comercial que alcanzó números mucho mejores a los previstos con 4.300 millones de dólares en los primeros diez meses del año, cuando el año pasado había terminado prácticamente neutra y en 2022 fue negativa en 4.500 millones.
El sector eléctrico, postergado
Donde no hubo ningún avance en materia de obras es en el sector eléctrico que aparece sin lugar a dudas como el más problemático de toda la industria. Suspendida la licitación Terconf para nuevas centrales térmicas, no se volvió a convocar a iniciativas para sumar oferta eléctrica y eso va a representar un grave problema en el corto plazo.
La generación total aumentó un 1,2% en lo que va del año, cuando los especialistas calculan un aumento de demanda de un 3% anual simplemente por crecimiento vegetativo de la población. Esto fue impulsado en gran parte por la nuclear (33%) y las renovables (13%), que no crecieron más por culpa de los cuellos de botella existentes en las redes de alta tensión, otro problema que viene de hace rato y todavía no se soluciona.
¿Qué pasó con las renovables, tarifas y subsidios?
Dentro de las renovables, que acaparan el 15% de la matriz eléctrica, la bioenergía fue la que más creció con un 21,6%, le siguió la solar con un 17,2%, la eólica con un 8,6% y los pequeños aprovechamientos hidroeléctricos cayeron un 2,5%.
Otro de los puntos interesantes a analizar es la cuestión tarifaria y la política de combustibles, donde hubo un fenomenal ajuste de precios relativos con subas del 564% en gas natural, 189% en electricidad y del 246% en nafta súper.
A pesar de eso, el Estado sigue destinando un gran porcentaje del gasto público a estos segmentos. Los subsidios tarifarios totalizarían el 2024 en 6.500 millones de dólares (una baja del 33% respecto al 2023) y la pérdida de ingresos por no actualizar el impuesto a los combustibles por inflación como marca la ley ronda los 230 millones de dólares al mes.
“Donde sí se avanzó no sin marchas y contramarchas es en la cuestión tarifaria. En el medio tuvimos un recambio en las autoridades de la Secretaría de Energía. El recambio obedece a una recalibración de los objetivos. A una mayor sintonía entre las metas sectoriales y los objetivos macro. Hay un periodo de transición para las nuevas tarifas, está pendiente el capítulo de subsidios y está en curso la RTI”, dice Carbajales.
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