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Aumentan las naftas 7,6% a cambio de mantener congelados los impuestos

El ministro de Economía, Sergio Massa, anunció una prórroga del congelamiento al ICL hasta febrero. ¿Qué impacto tiene y cuánto subirán las naftas después de esto?

Hace dos meses y medio que las petroleras esperan la llegada del primero de noviembre para que venza el congelamiento de precios y puedan aplicar un fuerte ajuste al surtidor. Sin embargo, la crisis de desabastecimiento y la cercanía del balotaje acotaron estas pretensiones. Este miércoles por la mañana, Sergio Massa difundió un anuncio en el que aseguró que no se aumentarán los impuestos a los combustibles hasta el primero de febrero como un gesto al sector para que suba el precio de la nafta solamente un 7,6%, en promedio, según confirmaron fuentes oficiales a este medio.

En algunos casos los aumentos que ya se aplicaron desde esta mañana ascienden al 9%.

“Es un mecanismo por el cual el Estado no aumenta su participación en los impuestos para que la nafta no aumente más de lo debido”, afirmó el ministro.

“En las últimas horas escuchamos pedidos de aumentos del 40%, del 20% o del 10%. Muy por encima de lo que el sector necesitaba. Apareció con quiebre de stock y que ahora de golpe ha podido lograr el reabastecimiento de todas las estaciones de servicio”, indicó.

En concreto, la política de congelar el Impuesto a los Combustibles Líquidos (ICL) y al Dióxido de Carbono (IDC) se sostiene desde hace al menos dos años como mecanismo de ancla antiinflacionaria.

Cómo se aplican los impuestos

Se trata de un tributo que debería actualizarse cada tres meses de acuerdo a la evolución del Índice de Precios al Consumidor (IPC), pero que el Estado decide no efectuar para evitar que suban los precios de las naftas.

La contraparte es que, luego de tantos trimestres sin actualizarse, el poder recaudatorio del fisco mediante este tributo ha caído enormemente. Según un informe de IARAF, la carga tributaria que recae sobre el precio de la nafta común pasó del 74% al 41%, lo que implica una pérdida de unos 2.500 millones de dólares al año. Mientras que el ICL ocupaba el 49% de participación, ahora está solamente en el 15%. En la misma línea, el IDC, pasó del 3% al 1%.

A su vez, en cada prórroga de este congelamiento, se hace más difícil su actualización. Los últimos cálculos de la consultora Economía & Energía marcaban que, si se efectuara un ajuste de todo el atraso acumulado en el componente impositivo, los precios del surtidor deberían subir un 30% solamente por este ítem.

Lógicamente, si el país tuviera una sólida posición fiscal, podría darse el lujo de sostener esta política indefinidamente. El problema es que la exigente meta de déficit del FMI obliga a tener que corregir, tarde o temprano, este congelamiento.

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