Plan Gas

El respiro del Plan Gas.Ar y el precio del barril

El barril y el Plan Gas.Ar le hacen un guiño al sector energético. Nación podría anotarse un punto con el esquema consensuado.

Finalmente, luego de seis meses de deliberaciones, el Plan Gas.Ar entra en la recta final hacia su puesta en marcha. El secretario de Energía, Darío Martínez, adelantó que el 2 de diciembre será la apertura de sobres con ofertas de las productoras. El objetivo declamado: garantizar 70 millones de metros cúbicos diarios de producción argentina. El trasfondo: una forma de esquivar un estiletazo adicional sobre la macroeconomía con más compras de gas al exterior el próximo invierno. La conducción del área energética, por ahora, esquiva las dudas y las varias zancadillas autoinfligidas del último año que exceden ampliamente la llegada del nuevo secretario al área.

El BCRA dio una señal adicional al plantear que las empresas que inviertan bajo el nuevo esquema accederán a los dólares que necesiten. ¿Será suficiente certeza? Las productoras, más que nunca, tendrán la última palabra.

En medio de un año en el que alternó marchas y contramarchas, en el contexto extremo que impuso la pandemia, podría anotarse un punto importante. En buena medida, el nuevo esquema de producción para el gas forma parte de aquello que reclaman las pricipales productoras: diálogo, certezas y “reglas claras”.

Por ahora, el escenario parece ir en ese camino. Esta semana hubo sendos comunicados de CADE y la CEPH, con un aval institucional y empresario de todas las productoras. Nación, si no da pasos en falso, y si termina de solucionar el frente macro, podría establecer cierto rango de certezas más que saludable para un sector que podría generar dólares de una forma tan rápida como casi no abunda en el país, a excepción del complejo agroexportador. Nadie dice que eso es fácil, pero claramente es posible. Lo dicen en los últimos meses los CEO de las principales productoras del país.

En paralelo, la pandemia, el dólar y el impacto en el segmento petrolero: las empresas productoras pero sobre todo YPF, recibieron un guiño del gobierno nacional con la última suba del 2,5% de los combustibles, para totalizar un 14% acumulado en promedio desde agosto. Tendrá un doble efecto en la principal desarrolladora de Vaca Muerta.

Por un lado, le permitirá sostener la paridad del precios de los combustibles vendidos en pesos frente a una suba del dólar mayorista de casi idéntica magnitud desde el último aumento autorizado. Al mismo tiempo, el incremento apuntalará la principal fuente de ingresos para el upstream de la petrolera, en momentos en que se espera que también sea protagonista del Plan Gas.

Los datos de la producción dan cuenta de dos últimos meses ­–septiembre y octubre– con un desempeño casi idéntico en Vaca Muerta (pero también en el total nacional).

Los 155 mil barriles de las áreas neuquinas se asemejan al reino de lo posible en un mercado interno que, como en el resto del mundo, estará pendiente de lo que demore en llegar la vacuna contra el COVID-19.

Al mismo tiempo, el valor del Brent sobrepasó los 48 dólares, ante la proliferación de datos auspiciosos de laboratorios que informan sobre los márgenes de inmunidad que ya constatan en sus vacunas.

El contexto internacional, por ahora, parece aplacar el reclamo del gobierno neuquino, administrador de las concesiones en los bloques shale, sobre una nueva versión del precio sostén, el barril criollo con el que busca evitar una baja en las regalías por la producción de crudo. El precio, al menos esta semana, suma un ingrediente para aplacar la discusión. El escenario es muy volátil como para decir que es lo que terminará sucediendo respecto a esa discusión.

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