El Polo Obrero dio su versión de los graves incidentes en Chos Malal
En un duro comunicado, dijo que los dichos del intendente son falsos y buscan discriminarlos. "Mandó a cerrar las puertas del edificio municipal", dijeron.
Tras la protesta social que terminó en golpes y empujones, el Municipio de Chos Malal denunció a los manifestantes en la Fiscalía por violencia, mientras que desde el Polo Obrero (PO) emitieron un duro comunicado para desmentir al intendente Víctor Hugo Gutiérrez. En principio indicaron que sus dichos son falsos y dieron otra versión de los hechos.
"El intendente, comprometido a recibirnos el martes 6 de diciembre, montó una provocación y faltó a su acuerdo de sostener una reunión con la organización y mandó a cerrar las puertas del edificio municipal, incumpliendo así con la audiencia pautada para ese día, para dar respuesta a dos reclamos populares de la localidad: trabajo y vivienda", denunciaron desde el PO.
"En vez de concretar dicha audiencia, impidió nuestro ingreso con presencia policial y otras personas de civil, que provocaron a compañeros de la organización con tocamientos y empujones, incluso sujetando violentamente por el cuello a una compañera y a un compañero luego de haberlos encerrado en un hall reducido", agregaron.
En su momento, el intendente dijo que se los recibió y denunció a la organización por haber irrumpido con violencia y dejar encerrados a trabajadores municipales y vecinos que estaban en el Municipio pagando sus retributivos.
Para el PO, el jefe comunal es "incapaz de dar una respuesta a requerimientos elementales" y está buscando "distraer el foco de atención del verdadero problema que aqueja a muchos trabajadores precarizados".
La organización reconoció que tras los incidentes fueron recibidos ese día, pero se quejó de que se le hayan entregado módulos de alimentos incompletos. Denunció, además, que el gobierno ejercer violencia institucional desde hace mucho tiempo.
Violencia estatal
Desde el PO consideraron que el intendente tiene la conducta de un "patrón de estancia". La violencia institucional "se refleja en la gran cantidad de trabajadores municipales que lo hacen como monotributistas o cooperativistas, con salarios muy por debajo de la línea de indigencia y sin ningún tipo de contrato o estabilidad laboral. En muchos casos, sin recibos de sueldo, ni obra social, ni aportes jubilatorios, ni asistencia familiar, etcétera; violando así, todos los derechos laborales establecidos en la legislación laboral argentina", se indicó.
Los militantes sociales advirtieron que "el colmo de esta violenta precarización laboral, se dio en la Fiesta del Chivito, donde hubo trabajadores con extenuantes jornadas laborales, que hasta el día de hoy no se les han remunerado".
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